Me gustaría escribir sobre un tema muy posteado en todos los foros sobre bdsm que he
leído, con opiniones tan encontradas y diversas como personas las han escrito.
Me gustaría escribir sobre las personas emparejadas y el bdsm.
Pero no sobre participantes del juego emparejados entre sí, que ese es otro tema, sino
sobre las que teniendo una pareja fija “vainilla” tienen o buscan tener una relación bdsm
aparte de esa pareja.
De pronto descubres el bdsm, lees algún libro o artículo de revista, ves alguna película,
navegas por internet... y te das cuenta que aquello que lees te gusta, te excita, o
simplemente te llama la atención y empiezas a buscar información. Normalmente no se
lo cuentas a nadie, por que al fin y al cabo eso de pegar, humillar o ejercer un rol
dominante o sumiso con la pareja esta muy mal visto en estos tiempos. Ahora lo que
impera, y todos estamos de acuerdo en esto, es la igualdad, la no-diferenciación de
género.
Lees, te informas, hablas con personas que están metidas en el tema y decides probar.
Pero ya tienes pareja.
Decides no contárselo.
Las razones pueden ser miles, la más escuchada es la famosa: “yo lo /la conozco y no lo
entendería”. Quizá esta sea la menos razonable. No se puede conocer la opinión de una
persona sobre un tema que desconoce.
Por otra parte, no contarlo, es muy poco comprometido. Una forma de evitar ser
juzgado, acusado o condenado por la persona con la que se ha decidido compartir la
vida. Quizá sea un poco cobarde, pero es una decisión personal. ¿Se puede llevar una
doble vida? Por que no, muchas personas lo hacen, algunas son felices, otras lo levan lo
mejor que pueden y otras lo pasan mal, tienen dudas o conflictos internos. Depende y
mucho de la persona. No entrare a valorar si es correcto o incorrecto. Lo que está claro
es que hay que valorar como se quiere vivir la vida y actuar en consecuencia. Intentar
ser feliz en la medida de lo posible.
Otra posibilidad es que se lo cuentes.
Desde luego hay personas muy brutas: “Oye cariño, que esta noche, que te parece si en
vez de hacer el amor como siempre me atas (te ato) a la cama y me das (o te doy) unos
golpes con esta fusta tan mona que he comprado”... En fin, bromas aparte, lo normal es
que se haga poco a poco, un día le compras un libro que hable del tema, (Nueve
semanas y media es un título perfecto, la gente piensa en la película y cree que el libro
será algo así, erótico y algo subido de tono, cuando en realidad es una relación de D/s. Y
bastante fuerte, por cierto.) O alquilas alguna peli con escenas D/s, (Las edades de Lulú
tiene algunas escenas que a mí, personalmente, me abrieron los ojos y por supuesto la
mente.) Y le haces comentarios inocentes, “que erótica esta escena, ¿no te gustaría
probar? “ Y observas sus reacciones. Que reacciona bien, pues insistes más en el tema,
una cena y una conversación hablándole de lo que últimamente has descubierto y deseas
probar. En una pareja abierta de mente, donde los gustos sexuales y fantasías se hablan
y comparten, donde reina la confianza, donde el probar cosas nuevas no supone un tabú,
no tiene por que ser algo extraño que este tipo de practicas acaben por formar parte de la
pareja. La forma e intensidad dependerá de ambas partes, pero teniendo una buena
comunicación, siendo sinceros el uno con el otro, se puede llegar a un consenso, que, no
lo olvidemos, es uno de los pilares del bdsm.
Pero supongamos que no reacciona bien.
Que una relación de desigualdad no es su ideal de relación, que no le gusten los juegos
sexuales “diferentes”, que lo vea como una aberración o que simplemente no le apetezca
en absoluto por la razón que sea.
Aquí ya entramos en terreno pantanoso, la realidad es que, si uno de los compromisos
con tu pareja es la sinceridad, la fidelidad o cualquier otro y tu decisión es seguir y no
contárselo estas rompiendo cualquiera de esos compromisos. O todos.
Generalmente, cuando alguien le es infiel, de manera vainilla a su pareja, suele ser algo
que surge, no premeditado. Pero en el caso del bdsm esto no es así. No es fácil
encontrar pareja, ya seas Dominante o sumiso. La cosa pasa por un periodo de
aproximación, conocimiento mutuo y finalmente aceptación de la otra persona. Suele
ser un proceso con una larga búsqueda, aquí no vale el “aquí té pillo aquí te mato”.
Puedes engañarte a ti mismo y encontrar justificaciones que, además, corroboraran un
montón de personas en tu misma situación, pero siendo sincero con uno mismo, sabes
que estas siendo infiel a tu pareja, que estas engañándola o como mínimo, ocultándole
algo que es importante para ti. También sabes que seria motivo de ruptura.
Bajo mi prisma, la mejor opción siempre ha sido la sinceridad, pero claro yo no estoy en
esa situación. Los compromisos pueden ser infinitos, desde hijos en común hasta
hipotecas, pasando por el prestigio social o económico. Incluso la comodidad de vivir
en compañía. Todos igual de validos. Pero lo cierto es que en esa vida té falta algo que
deseas buscar. Con tu pareja o sin ella.
Hay un caso del que no he hablado.
¿Qué pasa si conoces tus gustos antes de haber conocido a tu pareja y aun así no le has
contado nada?
Y en esté caso, solo mi apreciación muy personal, creo que no hablarle de esto a la
persona que estas conociendo, con la que te apetece tener una relación es, siendo muy
suave, de tontos.
Podría compararse como ocultarle que odias el sexo. O que eres impotente o frígida. O
que te excita la lencería cuando ella o él son incondicionales de las prendas de algodón.
No sé, pienso que ocultar desde el principio unos gustos o inclinaciones a la otra
persona es cimentar una relación sobre pilares falsos.
¿Soluciones? Las que cada uno quiera darse. En esto, como en todo, dependerá de cada
persona. No hay una solución universal. Puedes llevar una doble vida si tu ética te lo
permite. Puedes llevar una relación bdsm paralela a tu relación de pareja, con el
conocimiento o aceptación de esta. Puedes convertir tu relación actual en una relación
bdsm (con tiempo y paciencia, por supuesto.) O puedes olvidarte del tema. Ninguna de
las opciones es fácil. Quizá la mejor es vivirlo con tu pareja. O buscar una pareja que
sienta como tú. Pero las circunstancias son como son y lo cierto es que cada persona es
un mundo. Solo nosotros podemos hacerlo de la forma que mejor nos convenga a
nosotros mismos.
CBDSM1
M. Leo
23 de noviembre de 2006
jueves, 1 de enero de 2015
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